Al fin y al cabo, héroes
"A veces en la vida hay que saber luchar no sólo sin miedo, sino también sin esperanza". La frase es de Sandro Pertini, presidente de la República Italiana entre 1978 y 1985. A falta de media hora y con el marcador en contra, el Xerez sabía que estaba en Segunda. Y lo sabía porque los otros marcadores no eran precisamente propicios. El Racing ganaba con comodidad y Málaga y Tenerife firmaban sendas tablas ante Madrid y Valencia. Sólo el Valladolid caía con estrépito ante el campeón de Liga.
Pero este Xerez no da un paso atrás ni para coger impulso. Este Xerez, en definitiva, ha dado una de las lecciones más hermosas que ha visto el fútbol español en los últimos años. Luchó contra los elementos cuando nadie daba un duro por él tras pasar el ecuador del campeonato con apenas 8 puntos y aún tuvo arrestos para llegar a la última cita del campeonato con un hálito de vida.
El destino, como era previsible, ha sido cruel con los azulinos, pero dentro de muchos años, cuando las nuevas generaciones de xerecistas pregunten a sus mayores, éstos podrán decir con orgullo que vivieron la remontada más hermosa, la que enamoró a media España, la que convirtió su primera travesía por la máxima categoría en una historia de superación ejemplarizante que deja una huella imborrable en nuestro fútbol.
GRACIAS MI XEREZ POR ESTAR AHÍ
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